10/2/2022

Las matemáticas son fáciles

Ser profesora me hace estar conectada con la actualidad, con las nuevas tendencias y casi necesidades. El alumnado te conecta con otra realidad, la de su edad, y así mi generación es la suya. Moda, música, tecnología y otras tendencias son motivo de un debate interesante en este contraste generacional.

Enseñar debe ser una actividad recíproca. Como profesora acerco mi materia, me debo mimetizar con las diferentes maneras de entender, asimilar y poner en práctica diferentes metodologías. Ser consecuente con sus reflexiones y aprender sus formas de aplicarlas. Ser paciente con los diferentes ritmos de aprendizaje e inquietudes, a veces sorprendentes.

La educación digital me ha ayudado a sintetizar, a enseñar de manera ágil contenidos densos. De ahí mi aprendizaje  con el alumnado, una generación que ha crecido con mensajes concisos y contundentes. Han sido el motor impulsor para empezar en Instagram, me animan a que tenga mi canal en Youtube o TikTok. ¡Ojalá tuviera tiempo! La preparación de mis clases en el instituto y lo que voy publicando… No me da para más. Quizás con la familiarización de esta manera de enseñar se me haga más cercano y me lance a más.

El enemigo a esto está en el crecimiento intelectual alejado de un boli y de un papel, lo bonito de desarrollar la resolución. Personitas que huyen de lo que ellos consideran arcaico: libretas, libros, material de papelería de toda la vida… Es parte de nuestro trabajo hacer maridar ambas disciplinas, la analógica de tiza-pizarra-papel con la tecnológica  de plataformas-vídeos-impacto. Fusionarlas para equilibrar ambos ritmos, el casi frenético con el comedido. De esa dificultad se debe llegar a la comprensión de que ambas formas de aprender son complementarias y necesarias.

Cuando hago un paréntesis en mis explicaciones matemáticas (son muchas esas veces) para relativizar la dificultad de la asignatura, les hago ver que lo que ellos hacen con las redes sociales y con las diferentes aplicaciones tecnológicas sí es difícil. Aprender y aplicar las Matemáticas es mucho más sencillo, pero, desde luego, hay que bajar el ritmo y ser reflexivos. Se puede llegar al mismo sitio por muchos caminos, a veces un atajo es práctico y útil, pero si se va contra natura es mejor seguir el  largo con todos los pasos, empezando por leer atentamente el enunciado y responder a lo que se pregunta. En ese camino hay que disfrutar y eliminar el sentimiento de tortura al resolver.

Se tiene muy interiorizado en la sociedad (los medios no ayudan) que las Matemáticas son para “ciertas capacidades”. Para que sean cercanas y agradables se tienen que impartir con “cariño”. Me apoyo en trucos, listas de formulación, memorizar lo necesario e imprescindible y pautar mucho para luego dejar ir en el trabajo individual. La recompensa es que disfruten y te digan con orgullo y entusiasmo que han resuelto el ejercicio entendiéndolo.

¿Es contradictorio recurrir a metodologías de aprendizaje basadas en plataformas? ¿Sería motivo de polémica porque se ha criticado aprender mirando pantallas? Creo que no… Si se entienden las Matemáticas enseñadas con cápsulas digitales, con reflexiones directas, con imágenes clave… Bienvenida manera de entrar en esas cabecitas. Eso sí, queda luego el trabajo del desarrollo y la aplicación a la resolución de problemas y aplicarlo a otras disciplinas. Ahí está lo bonito: enganchar.

Mi miedo: si ya en el aula es difícil conectar con las diferentes inteligencias, en las redes lo es más porque te conectan miles de personas, críticas que afectan a un esfuerzo que no se ve. Un choque de sensibilidades muy delicado. Aún más complicado es llegar y conectar con diferentes edades, encontrar y dar con el contenido clave. Lo interesante, pero también vertiginoso, es estar siempre activo y saber llegar o conectar con el público.

En fin… Las Matemáticas son fáciles, solo tienes que ordenar lo que sabes. Si le pones un poco de música, también son divertidas. No te desconcentres.

Esta es mi carta de presentación. La de despedida: un saludo!

Eva Martín.

Eva Martín

Soy Eva Martín, matemática de formación y profesora de convicción desde hace veintitantos años. Siempre mostrando las Matemáticas como una materia agradecida, mostrando que las tenemos y necesitamos en nuestra vida cotidiana, que nos ayudan a pensar de otra manera porque nos abren la mente. Nos hacen ser abstractas y lógicas a la vez. Es mi practicidad a la hora de actuar.